viernes, 25 de septiembre de 2009

Los principios Reiki.

El Doctor Usui, redescubridor del sistema de sanación Reiki, dándose cuenta que de nada vale un sistema de curación si no se adquieren unos hábitos morales; señaló cinco principios que debe adoptar todo practicante.

Primer principio.

Solo por hoy no te preocupes.:

Este principio está relacionado con "vivir el presente", estar en el aquí y el ahora. Como dice Krishnamurti: Lo que es es la muerte de lo que no es...comprender es vivir con lo que es.

Sólo por hoy no te irrites: Fue Albert Einstein quien dijo que la ira reside sólo en el seno de los necios."
Cultivar la paciencia, es activar la potencia activa que yace en nosotros, como decía Rousseau: "la paciencia es amarga pero su fruto dulce."

Tercer principio: Gana tu vida honestamente:

La complejidad de este principio me llevó a ahondar en la vida de Camilo de Lelis, monje servidor de los enfermos, nacido en Italia en 1614.

El creó el siguiente Decálogo:

1-Honra la dignidad y sacralidad de mi persona, por encima de mi fragilidad y limitaciones.

2-Sírveme con amor respetuoso y solícito: con todo tu corazón, con toda tu inteligencia, con todas tus fuerzas y con todo tu tiempo.

3-Cuídame como tú quisieras ser atendido, o como lo harías con la persona más querida que tengas en el mundo.

4-Sé voz de los sin voz: hazte defensor de mis derechos, para que sean reconocidos y respetados.

5-Evita toda negligencia que pueda poner en peligro mi vida o prolongar mi enfermedad.

6-No frustres mi esperanza con tu afán e impaciencia, con tu falta de delicadeza y competencia.

7-Soy un todo, un ser integral: sírveme así. No me reduzcas a un número o a una historia clínica, y no te limites a una relación puramente funcional.

8-Conserva limpios tu corazón y tu profesión: no permitas que la ambición y la sed de dinero los manchen.

9-Preocúpate por mi pronta mejoría; no olvides que he venido al hospital para salir recuperado lo antes posible.

10-Comparte mis angustias y sufrimientos: aunque no puedas quitarme el dolor, acompáñame. Me hace falta tu gesto humano y gratuito que me hace sentir alguien y no algo, o un caso interesante.

Y... cuando hayas hecho todo lo que tienes que hacer, cuando hayas sido todo lo que debes ser..., no olvides darme las gracias.










Camilo asiste a los enfermos en la inundación del Tiber de 1598. Pintura del 1745, por Pierre Subleyras.

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